martes, 28 de junio de 2016

El último minuto del año 999. El primer apocalipsis fallido.

El último minuto del año 999. El primer apocalipsis fallido.

El primer fin del mundo
Basílica de San Pedro (Roma) el 31 de Diciembre de 999. Son las doce de la noche.
El papa Silvestre II se irguió hasta el altar mayor.

La iglesia estaba a rebosar, y todos se habían arrodillado. El silencio era tan grande que se oía el roce de las mangas blancas del papa al moverse en torno al altar. Y hubo todavía otro ruido. Era un sonido que parecía medir los últimos minutos de los mil años de existencia de La Tierra desde la venida de Cristo.

Resonaba en los oídos de los allí presentes como el latido en los oídos de quien tiene fiebre, con un ritmo sonoro, regular, incesante. La puerta de la sacristía estaba abierta, y lo que oían los asistentes era el tictac uniforme e ininterrumpido del gran reloj que colgaba dentro, con un latido por cada segundo que pasaba El papa era un hombre de férreo poder de voluntad, tranquilo y concentrado. Probablemente había dejado adrede la puerta abierta de la sacristía, para lograr el mayor efecto en ese gran momento. No se movía ni le temblaban las manos.

Se había dicho la misa de medianoche, y reinó un silencio mortal. Los presentes esperaban… El papa Silvestre no dijo una palabra. Parecía sumergido en la oración, con las manos elevadas al cielo. El reloj seguía su tictac. Un largo suspiro se elevó del pueblo, pero no pasó nada. Como niños con miedo a la oscuridad, todos los que estaban en la iglesia yacían con el rostro en el suelo, y no se atrevían a levantar la mirada. Un sudor de miedo cubría muchas frentes heladas, y las rodillas y los pies perdieron toda sensibilidad. Entonces, de repente, ¡el reloj cesó en su tictac!


Entre los asistentes empezó a formarse en muchas gargantas un grito de terror. Y, muertos de miedo, varios cuerpos cayeron pesadamente en el suelo frío de piedra. Entonces el reloj empezó a dar campanadas. Dio una, dos, tres, cuatro… Dio doce… La duodécima campanada resonó extinguiéndose en ecos, ¡y siguió reinando un silencio de muerte!
Entonces el papa Silvestre se volvió en torno, y con la orgullosa sonrisa de un vencedor, extendió las manos en bendición sobre las cabezas de los que llenaban la iglesia. Y en ese mismo momento todas las campanas de las torres empezaron un alegre y jubiloso repique, y desde la galería del órgano empezó a sonar un coro de gozosas voces, jóvenes y mayores, un poco inseguras al principio, quizá, pero haciéndose más claras y firmes por momentos. Cantaban el Te Deum laudamus: “A ti, Dios, te alabamos”.
Todos los presentes unieron sus voces a las del coro. Pero pasó algún tiempo antes de que las espaldas en espasmo pudieran enderezarse, y la gente se recuperara del terrible espectáculo ofrecido por los que se habían muerto de miedo. Terminado de cantar el Te Deum, hombres y mujeres cayeron unos en brazos de otros, riendo y llorando e intercambiándose al beso de la paz. ¡Así terminó el año mil del nacimiento de Jesús!

De esta impresionante manera describe el historiador Frederick H. Martens, en La Historia de la vida humana, lo que debió de pasar en aquella angustiosa noche en la que se creía, en toda Europa, que era la última noche, la que desencadenaba el temido fin del mundo.
Nosotros también hemos vivido un final de milenio. Cierto es que no se armó mucho revuelo ya que la sociedad en la que vivimos es más avanzada, pero aún así, muchas personas creían que algo iba a pasar.
El año 1000 ha sido descrito muchas veces como una época muy radical de temores apocalípticos y de sensaciones generalizadas de histeria. Pero al final los temores resultaron ser sólo fantasías. ¿Qué fue realmente lo que sucedió en el mundo en la nochevieja del año 999? ¿Hubo pánico o sólo fue una leyenda medieval?

Historiadores de aquella época mostraban el año 1000 como un año de locura general, de pánico y de fatalidades inminentes. Tan grande fue el fervor apocalíptico que, según reza la leyenda, en el tramo de la medianoche del 31 de Diciembre al 1 de enero de 1000, la población de todo un país –Islandia– se convertiría en masa al cristianismo.
Hubieron muchos rumores pero nada se hizo público por temor a que los ciudadanos, histéricos ante un inminente Armagedón, vendieran sus posesiones y acabaran apiñándose en las iglesias orando por la salvación.
No importa cuántos historiadores intentaran desbancar estos mitos, sin embargo, estas leyendas perduran hoy en día. Debido a que las fuentes sobre el año 1000 son limitadas y la información es escasa, es necesario apoyarse en el testimonio de algunos testigos, en general, políticos y dirigentes religiosos, y no siempre son las fuentes más confiables.
Otros historiadores, sin embargo, avivaron más las llamas de la duda. ComoCharles B. Strozier, profesor de historia en el John Jay College, que escribió: “hay pruebas de que los monjes dejaron de copiar la Biblia, es decir, dejaron de realizar las actividades fundamentales que definen la vida monástica.

Hay muchas más leyendas acerca del inminente apocalipsis del año 1000 como las narradas por el famoso y políglota Charles Berlitz: “El año 999 se acercaba a su fin en una especie de histeria colectiva que se apoderó de Europa. Todas las formas de actividad se convirtieron en espectros de la fatalidad inminente… Los hombres se perdonaron sus deudas, maridos y mujeres confesaron sus infidelidades y se perdonaron mutuamente… El comercio entre pueblos y ciudades fue interrumpido en gran medida; las viviendas fueron descuidadas y se dejaron caer en la ruina, ya que el hecho de acumular riquezas podría ser tomado en su contra en el día del Juicio Final. Mendigos se alimentaban de los más afortunados, los culpables de los crímenes fueron liberados de la cárcel a pesar de que muchos querían permanecer en ella, llorando por su deseo de redimir sus pecados antes del final. Las iglesias, las puertas de los monasterios y conventos, y las grandes catedrales fueron constantemente asediadas por multitudes exigiendo la confesión y la absolución. Sacerdotes impartían absolución general, de día y de noche con multitud de personas que no podían entrar y estaban de pie fuera de las grandes puertas…

Los peregrinos acudían a Jerusalén desde todos los puntos de Europa. Caballeros, burgueses de las ciudades e incluso siervos, todos viajaban juntos, muchos de ellos con sus esposas e hijos, viajaron hacia el este en grandes bandadas. Las diferencias de clase fueron olvidadas en un torrente de hermandad cristiana. Algunos marchaban bajo azotes de castigo por los pecados pasados, mientras que otros cantaban himnos y salmos….
Cuando llegó Diciembre, la psicosis y el fanatismo se apoderó de las masas, surgiendo el lado oscuro de la naturaleza humana. Hubo una ola de suicidios de personas que trataban de castigarse a sí mismos antes del final o simplemente no podían soportar la presión de esperar a que llegara el Día del Juicio.

Llegó la Navidad, tal vez la última Navidad del mundo, quien sabe, con un torrente de piedad y de amor. Familias y amantes renovaban sus lazos de amor en las últimas horas. Los animales de granja fueron liberados por sus propietarios preparándolos para la muerte y la sentencia definitiva. Las panaderías y tiendas de alimentos, regalaron sus bienes y negaron las monedas de quién quería pagar… En las cálidas tierras de Italia, España y Sur de Francia a los enfermos y los moribundos en los hospitales y conventos se las sacó a la luz del día para que pudieran ver personalmente a Cristo descendiendo de los cielos.
Después de la Navidad todo cambió, de una forma más cínica y menos crédulos, se comenzó una “cuenta atrás” en serio.

Claro está, al final llegó la medianoche y no pasó nada de nada. Sería muy interesante saber lo que realmente ocurrió y si ocurrió algo realmente. De todos modos, sea verdad o sean leyendas es curioso ver como el hombre puede actuar ante lo desconocido, ante el miedo a no saber qué puede suceder en un determinado momento. Somos un cúmulo de sorpresas…

lunes, 27 de junio de 2016

Los ‘extraños’ símbolos que aparecen en los billetes Venezolanos.


Los actuales billetes que entraron en circulación el 1 de enero de 2008, por motivo de la Reconversión Monetaria, fueron nuevos en más de un sentido y no sólo porque sus denominaciones expresen una menor escala monetaria. Con anverso vertical y una rica paleta de colores, imágenes de personajes históricos y el llamado a preservar el ambiente y proteger animales en riesgo de extinción, el papel moneda producto de la Reconversión Monetaria se diferencia radicalmente de lo que había conocido el país hasta entonces.billetes02Pero casi desde el mismo momento que entraron en circulación los billetes, las redes sociales se inundaron con preguntas y observaciones sobre el significado de diferentes símbolos que aparecían en ellos, ya que supuestamente se observaban símbolos “de brujería”, “satánicos”, “de paleros”, “masónicos”, “de santería”, “chamánicos” y pare usted de contar. Constantemente me envían fotos de billetes preguntándome por determinada marca y su significado; y efectivamente, si realizan una búsqueda el Google con la frase: “billetes de venezuela símbolos satánicos”, obtendrán como resultado miles direcciones de diferentes Blogs que analizan el tema desde el punto de vista esotérico.
Como el que diseñó los billetes fue el Banco Central de Venezuela, dediqué este articulo a investigar cual fue el objetivo que el BCV le dio a cada marca del billete, su utilidad y que significaba.
Solo describiré las marcas encontradas en el billete de 100 Bolívares Fuertes, analizándolo visualmente, al tacto, a trasluz y con luz ultravioleta, sabiendo que cada billete tiene algunos símbolos diferentes.

12Fondo continuo: es un elemento decorativo que guarda relación con la propuesta estética del billete. Se forma al unir los dos extremos del reverso, obteniéndose así la empuñadura de la espada del Libertador Simón Bolívar. 
Impresión en alto relieve1) Impresión en alto relieve: Se siente al tocar el billete. En el anverso se encuentra en el texto “República Bolivariana de Venezuela”, en la denominación en letras y números del lado superior izquierdo y en Ia imagen del Libertador Simón Bolívar. En el reverso, se encuentra en el texto ”Banco Central de Venezuela” en el Escudo Nacional y en el cardenalito con el paisaje del Parque Nacional El Avila.
2 Marca de Agua2) Marca de agua: Es una imagen presente en la masa del papel. Están incluidas la efigie del Libertador y el numero 100 (electrotipo) y se observan con nitidez al contraste del billete con la luz.
REGISTRO pERFECTO3) Registro perfecto: Está conformado por una síntesis gráfica que incluye el dibujo del cardenalito, una estrella de cinco puntas y minitexto ”BCV” Por el reverso, visto al trasluz, las puntas de las estrellas y el circulo interior se rellenan de manera precisa. Por el anverso, bajo luz ultravioleta, partes del Cardenalito, las puntas de la estrella y el círculo interior tienen efectos fluorescentes de color amarillo verdoso.
Imagen oculta4) Imagen oculta: En la franja inferior del anverso, ubicada debajo del personaje, se observan dibujos decorativos alegóricos a las charreteras del traje del Libertador. Al inclinar el billete, y de acuerdo con el ángulo de incidencia de la luz, se aprecia el número 100.
5) Hilo de seguridad5) Hilo de seguridad: Tiene dos hilos. El primero es aventanillado (entra y sale del papel en efecto visible solo por el anverso) con un ancho de 3 mm. Al trasluz se observa una franja continua en la que se lee, en minitexto en negativo “BCV100″ en distintas posiciones. El hilo presenta también un efecto holográfico que, al inclinar el billete, permite visualizar el trigrama del BCV y los cuarteles del Escudo Nacional. Bajo Iuz ultravioleta el texto “BCVlO0″ del anverso cambia a color amarillo verdoso fluorescente, y por el reverso, se aprecia una banda continua con la misma fluorescencia. El segundo hilo es de 0,8 mm, continuo y magnético, inserto en el papel.
 Fondos de seguridad6) Fondos de seguridad: Son finas lineas, minitextos y dibujos alegéricos al concepto visual de la denominación impresos en offset que dificultan la reproducción digital.
Elemento ópticamente variable7) Elemento ópticamente variable: En el anverso, al inclinar el billete y por incidencia de la luz, el número 100 cambia de color, de magenta a verde.
Marca para invidentes8) Marca para invidentes: son dos círculos impresos en alto relieve.
Reacción a la luz ultravioleta9) Reacción a la luz ultravioleta: En el anverso se ven lineas, zonas de fondo y minitextos que cambian de color azul claro a amarillo verdoso fluorescente. En el reverso, se observa en los extremos el número 100 de forma repetida que cambia de violeta claro a amarillo verdoso fluorescente. 
Fibrillas multicolores10) Fibrillas multicolores: son unas pequeñas líneas de varios colores que están dispersas en el papel y se perciben a simple vista o bajo luz ultravioleta 
  Iris calcográfico11) Iris calcográfico: está presente en la denominación en letras y números ubicada en el reverso, la cual está impresa
en alto relieve con una combinación de dos colores


billetes
Para finalizar, podemos observar que según el Banco Central de Venezuela la mayoría de los Símbolos, solo son elementos Decorativos o Elementos de Seguridad para impedir la falsificación de los Billetes, no les niego que algunas explicaciones dadas por el BCV no sean muy convincentes, pero en estos tiempos de Revolución, ya es demasiado normal que los entes del Gobierno no expliquen bien las cosas.

domingo, 26 de junio de 2016

Los niños Sodder.


Terroríficos misterios sin resolver.
Durante la Nochebuena de 1945, un voraz incendio en el interior de su casa despertó a la familia Sodder. George y Jennie Sodder escaparon con cuatro de sus hijos, pero otros cinco se quedaron dentro de la casa en llamas, pese a los intentos de George por rescatarlos. Tras el incendio no se encontraron  los cuerpos de los niños ni ningún tipo de resto oseo, algo muy extraño, ya que la casa ardió rápidamente y no habría dado tiempo a que los cuerpos de los niños hubieran quedado completamente incinerados. Hicieron pruebas con los cadáveres de diversos animales simulando un incendio parecido y siempre quedaban restos.

Terroríficos misterios sin resolver.

20 años después del terrible incendio, los Sodder recibieron por correo una fotografía en un sobre sin remite. Parecía ser la fotografía de uno de los niños que murió en el incendio, Louis, ya de adulto. En la parte posterior de la fotografía habían escrito un misterioso mensaje a mano:  "Louis Sodder. Amo a mi hermano Frankie. Ilil. A90132 o 35." Los Sodders volvieron a investigar de nuevo, pero fue en vano. Murieron sin saber lo que realmente pasó con sus hijos.

sábado, 25 de junio de 2016

La vía láctea tiene cien mil millones de planetas

Jonathan Swift del Instituto de Tecnología de California dijo: “básicamente, hay un planeta por cada estrella”, al publicar un estudio en el que afirma que la Vía Láctea contiene al menos cien mil millones de planetas.
John Johnson, profesor asistente de astronomía planetaria en Caltech y coautor del estudio, comunicó que “hay por lo menos 100 mil millones de planetas en la galaxia, sólo en nuestra galaxia”. El estudio fue aceptado recientemente para ser publicado por la revista Astrophysical Journal. “Eso es alucinante”, recalcó.
Dicha conclusión llega tras un estudio a un sistema planetario, que contiene cinco mundos, llamado Kepler 32, el cual se localiza a 915 años luz de la Tierra y que fue descubierto por el telescopio espacial Kepler de la NASA.
Los planetas de dicho sistema tienen un tamaño similar al de la Tierra y están cerca de su estrella, una enana roja, tipo al cual pertenecen aproximadamente un 75% de las estrellas que tiene la galaxia.
Este tipo de sistemas planetarios son comunes en nuestra galaxia, según las observaciones del telescopio Kepler. Aún así, son diferentes a nuestro sistema solar, ya que las estrellas del tipo enana roja son más frías y mucho más pequeñas que nuestro Sol.
Esto evidencia lo extremadamente raro de nuestro sistema solar en cuanto a su formación, según se dijo por parte de los investigadores en un comunicado de la NASA.